En esta simpática primer teórica a cargo de Campos se nos intrudujo a la segundeada contraparte de nuestra carrera. ¿Será porque se confia más en lo que se ve que en lo que se oye? En fin, una imagen contrapuesta a un sonido es una combinación que se influye y actúa mutuamente. El todo es mucho más que la suma de las partes.
Se hace incapié en ofuscar el trazo que separa música y "ruido". John Cage fue un gran exponente de este concepto (y de la importancia del tiempo en el desarrollo sonoro), con su "4 33" en dónde el publico y los ruidos hacen la obra. A continuación algunos de los conceptos que recuerdo:
Sonido extra-diegético: la fuente sonoro no tiene contrapartida con lo que se ve en la imagen ni tampoco se sugiere (se sabe que no hay una orquesta cuando se acerca el tiburón)
Sonido diegético: la fuente sonora está explícita o implícita en la imagen.
Los límites de estos ambos conceptos no están del todo definidos y Lynch ironiza este hecho en su magistral escena de Mulholland Drive.
Música "cliché": anque me parezca cliché usar la palabra cliché, todavía no está del todo carbonizada y cumple su fin comunicativo. Así asociamos "La cabalgata de las Valkirias" de R. Wagner con la guerra, "El danubio azul" con una plácido estado, "Así habló Zarathustra" con un momento épico. Es una discusión si las característica físicas de una música influye quimicamente en nuestra psique no siendo un previo condicionamiento cultural. La tensión del tritono, ¿puede ser amor en vez de pecado infernal? De todas maneras opino que es un hermoso desafio utilizar piezas clásicas para convertirlas con la fuerza del cine en estereotipos de climas, estados y situaciones, tal como hacen Kubrick en cada uno de sus filmes. Pero concuerdo en no reutilizar las mismas obras (habiendo tantas).
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